-
Del experimento descrito se desprende que el mero acto de comer, sin que el alimento llegue siquiera al estómago, determina la estimulación de las glándulas gástricas.
Del experimento descrito se desprende que el mero acto de comer, sin que el alimento llegue siquiera al estómago, determina la estimulación de las glándulas gástricas.