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Siempre odié mi lunar mientras crecía. Incluso pensé en quitármelo. En aquel momento no lo hice porque pensé que me dolería, y ahora me alegro de no haberlo hecho.
Siempre odié mi lunar mientras crecía. Incluso pensé en quitármelo. En aquel momento no lo hice porque pensé que me dolería, y ahora me alegro de no haberlo hecho.