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Siempre que no puedas pensar en algo por lo que estar agradecido, recuerda tu respiración. Con cada respiración puedes decir: "Sigo aquí". Haz de cada día una fiesta del agradecimiento y regálate a ti mismo la gratitud.
Siempre que no puedas pensar en algo por lo que estar agradecido, recuerda tu respiración. Con cada respiración puedes decir: "Sigo aquí". Haz de cada día una fiesta del agradecimiento y regálate a ti mismo la gratitud.