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Inevitablemente, las máquinas tienen que ganar, pero aún queda mucho camino por recorrer antes de que un humano en su mejor día sea incapaz de derrotar al mejor ordenador.
Inevitablemente, las máquinas tienen que ganar, pero aún queda mucho camino por recorrer antes de que un humano en su mejor día sea incapaz de derrotar al mejor ordenador.