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Los viajeros, como los poetas, son en su mayoría una raza colérica: al caer en un diario arrebato de pasión, demostré al gobernador y a su hijo, profusos en atenciones, que iba en serio.
Los viajeros, como los poetas, son en su mayoría una raza colérica: al caer en un diario arrebato de pasión, demostré al gobernador y a su hijo, profusos en atenciones, que iba en serio.