-
Tenemos miedo de que si nos detenemos y miramos realmente a Dios en su Palabra, descubramos que suscita mayor admiración y exige una adoración más profunda de la que estamos dispuestos a darle.
Tenemos miedo de que si nos detenemos y miramos realmente a Dios en su Palabra, descubramos que suscita mayor admiración y exige una adoración más profunda de la que estamos dispuestos a darle.