En eso consiste construir una obra. Se trata del trabajo diario, de los muchos actos individuales, de las decisiones grandes y pequeñas que se suman con el tiempo, a lo largo de toda una vida, para dejar un legado duradero. Se trata de no conformarse con el último logro, la última estrella dorada, porque lo único que sé sobre una obra es que nunca está acabada. Es acumulativo. Se profundiza y se amplía cada día que das lo mejor de ti. Puedes tener contratiempos y fracasos, pero no has terminado.