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El peligro se cierne sobre nuestro camino. No podemos permitirnos -no tenemos derecho- a mirar atrás. Debemos mirar hacia adelante... Cuanto más firme defensor del principio monárquico sea un hombre, tanto más celosamente debe esforzarse ahora por fortificar el Trono y dar al sucesor de Su Majestad esa fuerza que sólo puede provenir del amor a una nación y a un Imperio unidos.