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Estoy muy agradecida a mi fisioterapeuta, Teresa England, que me enseñó a respetar el proceso de recuperación. La curación a veces es lenta, y cualquier ritmo que no fuera rápido me resultaba ajeno. Para mí, la idea de paciencia y progreso gradual era una idea muy extraña. Esta mujer me enseñó a ser paciente y a apreciar los más pequeños signos de mejora.