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  • Después de haber dedicado 200 horas a lo anterior, el joven jugador, aunque no posea ningún talento especial para el ajedrez, es probable que se encuentre entre esos dos o tres mil ajedrecistas [que juegan al mismo nivel que un maestro]. Sin embargo, hay un cuarto de millón de ajedrecistas que dedican anualmente no menos de 200 horas al ajedrez sin hacer ningún progreso. Sin entrar en más cálculos, puedo afirmar con un alto grado de certeza que hoy en día sólo conseguimos una fracción de lo que somos capaces de lograr.