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No fue hasta que conseguí mi primer trabajo, en la Universidad de Washington en Seattle, y empecé a jugar al ajedrez con Don Gordon, un joven y brillante teórico, cuando aprendí teoría económica.
No fue hasta que conseguí mi primer trabajo, en la Universidad de Washington en Seattle, y empecé a jugar al ajedrez con Don Gordon, un joven y brillante teórico, cuando aprendí teoría económica.