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Fíjate en ese venerable proverbio: Los niños y los tontos siempre dicen la verdad. La deducción es clara: los adultos y los sabios nunca la dicen.
Fíjate en ese venerable proverbio: Los niños y los tontos siempre dicen la verdad. La deducción es clara: los adultos y los sabios nunca la dicen.