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El aire se iluminó, las manchas de sombra que corrían eran ahora el anverso, y le pareció que el hecho de que el día se despejara era otro astuto golpe por parte del enemigo, la nueva batalla hacia la que arrastraba antiguas heridas.
El aire se iluminó, las manchas de sombra que corrían eran ahora el anverso, y le pareció que el hecho de que el día se despejara era otro astuto golpe por parte del enemigo, la nueva batalla hacia la que arrastraba antiguas heridas.