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El miedo, el verdadero miedo, es un frenesí salvaje. De todas las locuras de las que somos capaces, es sin duda la más cruel. No hay nada que iguale su impulso, y nada puede sobrevivir a su empuje.
El miedo, el verdadero miedo, es un frenesí salvaje. De todas las locuras de las que somos capaces, es sin duda la más cruel. No hay nada que iguale su impulso, y nada puede sobrevivir a su empuje.