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Nuestros deseos siempre nos defraudan, pues aunque encontramos algo que nos satisface, nunca responde plenamente a nuestras expectativas. [Sin embargo, la decepción siempre puede desaparecer si recordamos que podría haber salido peor].
Nuestros deseos siempre nos defraudan, pues aunque encontramos algo que nos satisface, nunca responde plenamente a nuestras expectativas. [Sin embargo, la decepción siempre puede desaparecer si recordamos que podría haber salido peor].