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Haz que todo en ti sea un oído, cada átomo de tu ser, y oirás en cada momento lo que la Fuente te está susurrando... tú eres -todos somos- el amado del amado, y en cada momento, en cada acontecimiento de tu vida, el Amado te está susurrando exactamente lo que necesitas oír y saber. ¿Quién puede explicar este milagro? Simplemente es así.