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  • Si el mundo se acabara mañana y pudiéramos elegir guardar una sola cosa como explicación y recuerdo de quiénes somos, no podríamos hacerlo mejor que el Museo de Historia Natural, aunque no contendría ni un solo ser humano. El orden linneano sistemático, la vasta curiosidad y la gama de conocimientos y belleza cotejados dirían todo lo mejor de nosotros.

    A.A. Gill (2008). “Previous Convictions: Assignments from Here and There”, p.80, Simon and Schuster