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El amor, con los muy jóvenes, es un asunto sin corazón. A esa edad bebemos por sed, o para emborracharnos; sólo más tarde en la vida nos ocupamos de la individualidad de nuestro vino.
El amor, con los muy jóvenes, es un asunto sin corazón. A esa edad bebemos por sed, o para emborracharnos; sólo más tarde en la vida nos ocupamos de la individualidad de nuestro vino.