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  • Apenas adolescente, Elizabeth Taylor ya era más bella y voluptuosa que Miss América. Cuando llegó al Hotel Beverly Wilshire para nuestra sesión fotográfica, me quedé boquiabierto. No podía creer que sólo tuviera catorce años. Llenaba un traje de baño mejor que yo. Hicimos las fotos, incluida una en la que le enseño a flotar. Con su superestructura, flotaba muy bien. Lo que no podía hacer era hundirse.