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  • Si quieres cambiar la forma en que te tratan los demás, primero debes cambiar la forma en que te tratas a ti mismo. A menos que aprendas a amarte a ti mismo, plena y sinceramente, no habrá forma de que te amen. Sin embargo, una vez alcanzada esa etapa, agradece cada espina que los demás puedan arrojarte. Es una señal de que pronto te lloverán rosas.