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  • Muchos rezan por el poder de Dios. Cada año más. Esas oraciones suenan poderosas, sinceras, piadosas y sin segundas intenciones. Sin embargo, bajo esa oración y ese fervor se esconde la ambición, el ansia de fama, el deseo de ser considerado un gigante espiritual. Puede que la persona que reza una oración así ni siquiera lo sepa, pero en su corazónhay motivos y deseos oscuros.

    Gene Edwards (2016). “The Gene Edwards Collection: A Tale of Three Kings / The Prisoner in the Third Cell / The Divine Romance”, p.40, NavPress