-
Empecé a escribir para niños porque quería provocar un cambio en la sociedad estadounidense. Sigo con ese espíritu. Cuando llegamos a la edad adulta, estamos cerrados en nosotros mismos. Las posibilidades de que un poeta llegue a nosotros son muy escasas. Pero yo puedo abrir la imaginación de un niño, desarrollar su apetito por la poesía y, lo que es más importante, mostrarle que la poesía forma parte natural de la vida cotidiana. Todos necesitamos que alguien nos diga que el emperador no lleva ropa. Ese es el trabajo del poeta.