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  • Nadie cede el paso a nadie. Todo el mundo se inclina, apunta, se lanza directamente hacia su destino, fingiendo que es una apuesta a todo o nada. La gente se mira y lucha por el espacio de maniobra. Todas las partes están igual de decididas a conseguir el derecho de paso, insisten en ello. Se apartan en el último momento, dejando escasos centímetros de margen. El vencedor avanza, sin tiempo para una sonrisa de victoria, ya inmerso en otro concurso de voluntades. El tráfico de Saigón es la vida vietnamita, una farsa continua de posturas, faroles, movimientos rápidos, tenacidad y rendiciones.

    Andrew X. Pham (2010). “Catfish and Mandala: A Two-Wheeled Voyage Through the Landscape and Memory of Vietnam”, p.75, Macmillan
Nobody gives way to anybody. Everyone just angles, points, dives directly toward his destination, pretending it is an all-or-nothing gamble. People glare at one another and fight for maneuvering space. All parties are equally determined to get the right-of-way--insist on it. They swerve away at the last possible moment, giving scant inches to spare. The victor goes forwards, no time for a victory grin, already engaging in another contest of will. Saigon traffic is Vietnamese life, a continuous charade of posturing, bluffing, fast moves, tenacity and surrenders. - Andrew X. Pham
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