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  • Lees, mueves los labios, descifras las palabras, y es como si estuvieras en dos sitios a la vez: estás sentado o tumbado con las piernas enroscadas, la mano tanteando el cuenco, pero puedes ver mundos distintos, mundos lejanos que quizá nunca existieron pero que siguen pareciendo reales. Corres o navegas o corres en trineo -huyes de alguien, o tú mismo has decidido atacar-, tu corazón palpita, la vida pasa volando, y es maravilloso: puedes vivir tantas vidas diferentes como libros hay para leer.

    Tatyana Tolstaya (2016). “The Slynx”, p.127, New York Review of Books