Autores:
  • No debemos considerar nuestros pecados como nimiedades insignificantes. Por otra parte, no debemos considerarlos tan terribles que debamos desesperar. Aprende a creer que Cristo fue dado, no por transgresiones insignificantes e imaginarias, sino por pecados montañosos; no por uno o dos, sino por todos; no por pecados que pueden ser desechados, sino por pecados que están obstinadamente arraigados.

    Martin Luther (2007). “Commentary on Galatians”, p.10, Lulu.com