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La tierra, el aire, la tierra y el agua no son una herencia de nuestros antepasados, sino un préstamo de nuestros hijos. Así que tenemos que entregárselos al menos como nos los entregaron a nosotros.
La tierra, el aire, la tierra y el agua no son una herencia de nuestros antepasados, sino un préstamo de nuestros hijos. Así que tenemos que entregárselos al menos como nos los entregaron a nosotros.