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En contra de lo que cabría esperar, recuerdo con especial satisfacción experiencias que en su momento me parecieron especialmente desoladoras y dolorosas. De hecho, puedo afirmar con total veracidad que todo lo que he aprendido en mis setenta y cinco años en este mundo, todo lo que verdaderamente ha mejorado e iluminado mi existencia, ha sido a través de la aflicción y no a través de la felicidad, ya sea perseguida o alcanzada...".