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Tengo mi propia opinión de que no hay tal cosa como predicar a Cristo y a Él crucificado, a menos que prediquemos lo que hoy en día se llama calvinismo. Es un apodo llamarlo calvinismo; el calvinismo es el evangelio, y nada más.
Tengo mi propia opinión de que no hay tal cosa como predicar a Cristo y a Él crucificado, a menos que prediquemos lo que hoy en día se llama calvinismo. Es un apodo llamarlo calvinismo; el calvinismo es el evangelio, y nada más.