-
Un soldado norcoreano recordaría más tarde a un compañero al que le habían regalado un cortaúñas de fabricación estadounidense y se lo enseñaba a sus amigos. El soldado cortó unas cuantas uñas, admiró los bordes afilados y limpios, y se maravilló de la mecánica de este simple artículo. Entonces se dio cuenta, con el corazón encogido: Si Corea del Norte no podía fabricar un cortaúñas tan fino, ¿cómo podría competir con las armas estadounidenses?