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Envidio a mi padre y su fe. Envidio a todas las personas que tienen a alguien a quien suplicar, que saben adónde van, que duermen bajo el mullido edredón blanco de la fe.
Envidio a mi padre y su fe. Envidio a todas las personas que tienen a alguien a quien suplicar, que saben adónde van, que duermen bajo el mullido edredón blanco de la fe.