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  • En los deportes de equipo, los atletas estaban unidos entre sí, había una inmensa presión de grupo para seguir adelante. Uno no se atrevía a faltar a un entrenamiento por miedo a defraudar a sus compañeros. Cada vez que un atleta pensaba en volver a la cama por la mañana sabía que tendría que enfrentarse a la ira de sus mejores amigos. Pero el remero tenía que encontrar la motivación totalmente dentro de sí mismo. A nadie más le importaba.