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Si no tenemos un sentido claro de nuestra identidad y propósito, somos mucho más vulnerables a Lucifer. Él, por supuesto, lo sabe y por eso intenta nublar nuestra visión. Miente. Ensombrece y borra la verdad. Hace que el mal parezca bueno y que el bien parezca poco iluminado y poco sofisticado. No nos equivoquemos: Lucifer hará cualquier cosa para descarrilarnos, decepcionarnos, desanimarnos y engañarnos, y en particular a aquellos que han hecho y están tratando de mantener pactos sagrados. Sus motivos son totalmente egocéntricos, egoístas, destructivos y malvados.