-
El poder no es una cuestión de un individuo o unas instituciones dominantes, sino que se manifiesta en lugares interconectados y contradictorios donde circulan y se afianzan regímenes de conocimiento y práctica. Esta forma de entender la dispersión del poder nos ayuda a darnos cuenta de que el poder no consiste simplemente en que determinados individuos sean blanco de la muerte o la exclusión por parte de un gobernante, sino en la creación de normas que distribuyen la vulnerabilidad y la seguridad.