Autores:
  • El examen es una forma de inventario personal. Al final del día, dedica un tiempo a reflexionar en oración sobre tu jornada: tus idas y venidas, rutinas e interrupciones, trabajo y diversión, descubrimientos y decepciones. Piensa con quién te has encontrado o a quién has echado de menos. Piensa en tus momentos de soledad. En total, hazte dos preguntas: ¿cuándo me he sentido más vivo, más presente, más pleno y realizado hoy? ¿Y cuándo me he sentido más agotado, estresado, distraído y agotado? Una versión más sencilla, y más enfocada espiritualmente, de esas preguntas: ¿cuándo me he sentido más cerca de Dios, y cuándo más lejos?