Tenemos que estar alerta en dos frentes: (1) no dejar que nuestro antiimperialismo nos lleve a la defensa de los regímenes autoritarios de la región y (2) no dejar que nuestro entusiasmo por la rebelión nos lleve a vitorear los misiles de crucero de los buques de guerra estadounidenses. Estas dos sirenas deberían preocuparnos en nuestro vacilante camino junto al renacimiento de una Nueva Izquierda en el mundo árabe.