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Somos las piezas de un puzzle que rara vez encajan con otras piezas. Habitamos la soltería como nuestro estado natural de reposo... Secretamente, somos románticos, románticos del más alto nivel. Queremos un milagro. Entre millones tenemos que encontrar al que nos comprenda. Para el extravagante solitario, no hay paciencia para salir con alguien sólo para no estar solo. En una cita buena pero en absoluto trascendente, soñamos con volver a casa a ver la televisión. Preferimos estar a solas con nuestros propios pensamientos que con una persona que no encaja a la perfección... pero cuando el quirkyalone choca con otro, ooh la la. La tierra tiembla.