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Por un momento de la noche, tenemos una visión de nosotros mismos y de nuestro mundo insular en una corriente de estrellas: peregrinos de la mortalidad, viajando entre horizontes a través de los mares eternos del espacio y el tiempo.
Por un momento de la noche, tenemos una visión de nosotros mismos y de nuestro mundo insular en una corriente de estrellas: peregrinos de la mortalidad, viajando entre horizontes a través de los mares eternos del espacio y el tiempo.