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Empecé a escribir una tarde, cuando tenía veinte años, y desde entonces escribo todos los días. Al principio tenía que forzarme. Luego se convirtió en parte de mi identidad, y lo hacía sin pensar.
Empecé a escribir una tarde, cuando tenía veinte años, y desde entonces escribo todos los días. Al principio tenía que forzarme. Luego se convirtió en parte de mi identidad, y lo hacía sin pensar.