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Sólo hay una relación que importa, y esa es tu relación personal con un Redentor y Señor personal. Deja ir todo lo demás, pero mantén eso a toda costa, y Dios cumplirá Su propósito a través de tu vida. (Esto incluye satisfacer las necesidades de tu corazón.) Una vida individual puede ser de valor incalculable para los propósitos de Dios, y la tuya puede ser esa vida.