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Esto no es un juego, ... La deuda se ha convertido en parte de lo que somos. Se ha convertido en ese niño mimado en la tienda de comestibles con el labio fuera: 'Lo quiero. Lo quiero. Me lo merezco porque respiro aire'. Y, bueno, eso es una cuesta arriba en nuestra cultura en este momento, ir en contra de eso y decir: 'Hey, vamos a ser adultos aquí. Seamos maduros, aprendamos a retrasar el placer, ahorremos y paguemos por las cosas'.