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Cuando nos sentamos día tras día y seguimos machacándonos, empieza a ocurrir algo misterioso... Fuerzas invisibles se alistan en nuestra causa; la serendipia refuerza nuestro propósito.
Cuando nos sentamos día tras día y seguimos machacándonos, empieza a ocurrir algo misterioso... Fuerzas invisibles se alistan en nuestra causa; la serendipia refuerza nuestro propósito.