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El primer lugar donde perdemos la batalla es en nuestro propio pensamiento. Si crees que es permanente, entonces es permanente. Si crees que has alcanzado tus límites, entonces lo has hecho. Si crees que nunca te recuperarás, entonces no lo harás. Tienes que cambiar tu forma de pensar. Tienes que ver todo lo que te detiene, cada obstáculo, cada limitación como algo temporal.