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Si no nos conocemos a nosotros mismos, nuestra esencia, de dónde viene nuestro verdadero poder, creeremos que nuestro poder viene de coleccionar victorias, trofeos, dinero o reconocimiento. Y todo esto está muy bien, pero en última instancia no es de lo que trata la vida. Cuando pensamos que lo es, en realidad desperdiciamos nuestras mayores posibilidades.