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En algún momento, a menudo cuando menos lo esperamos, todos tenemos que enfrentarnos a retos abrumadores. Cuando sucede lo impensable, el faro es la esperanza. Una vez que la encontramos, debemos aferrarnos a ella con absoluta determinación. Cuando tenemos esperanza, descubrimos dentro de nosotros poderes que quizá nunca habíamos conocido: el poder de hacer sacrificios, de resistir, de curar y de amar. Cuando elegimos la esperanza, todo es posible.