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La Historia, con su lámpara titilante, avanza a trompicones por el rastro del pasado, intentando reconstruir sus escenas, revivir sus ecos y encender con pálidos destellos la pasión de antaño.
La Historia, con su lámpara titilante, avanza a trompicones por el rastro del pasado, intentando reconstruir sus escenas, revivir sus ecos y encender con pálidos destellos la pasión de antaño.