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  • Las mujeres no seremos libres
    hasta que podamos decir lo que pensamos y lo que sentimos
    sin tener que preocuparnos de que los hombres nos crucifiquen,
    las mujeres nos crucifiquen,
    la prensa nos crucifique,
    o nuestros hijos se avergüencen...
    Las mujeres seguimos sometidas a la esclavitud emocional
    mientras sintamos que tenemos que elegir
    entre ser escuchadas
    y ser amadas.