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Si alguien me quita algo, se lo voy a quitar de sus manos frías, retorcidas y enfermas, ¡y le voy a decir que es mío! Y le daré un puñetazo en la cara y le empujaré al suelo, ¡porque así son los profesores! Estas son nuestras herramientas y vosotros, enfermos, tenéis que tratar con nosotros y con los niños a los que enseñamos.