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Los gobiernos mueven ejércitos, pero sólo los individuos pueden mover corazones. Y con cada acto de amor que emana de cualquiera de nosotros, estamos activando milagros, añadiéndolos a un océano espiritual que con el tiempo purificará nuestro planeta de todo vestigio de miedo. Sólo el amor puede triunfar sobre el odio, y si le damos la oportunidad, lo hará.