Autores:
  • Si rezamos sólo porque queremos respuestas, nos irritaremos y enfadaremos con Dios. Recibimos una respuesta cada vez que oramos, pero no siempre llega de la manera que esperamos, y nuestra irritación espiritual muestra nuestro rechazo a identificarnos verdaderamente con nuestro Señor en la oración. No estamos aquí para demostrar que Dios responde a la oración, sino para ser trofeos vivientes de la gracia de Dios.

    Oswald Chambers (2010). “My Utmost for His Highest”, p.456, Discovery House