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  • En el cálculo moral del capitalismo de Estado actualmente imperante, los beneficios y las primas del próximo trimestre pesan mucho más que la preocupación por el bienestar de los nietos, y puesto que se trata de males institucionales, no será fácil superarlos. Aunque queda mucho por saber, podemos asegurar, con bastante seguridad, que las generaciones futuras no nos perdonarán nuestro silencio y apatía.